Claudio como pudo salir sigilosamente sin ser visto, sentía su corazón acelerado, su mente era un caos total, fragmentos de lo sucedido llegaba como saetas fulminantes que dolían, y se negaba a creer lo ocurrido, deseaba morir antes de aceptar en lo que se había convertido.—No...no lo puedo creer, en qué me convertí ¡Dios! ¿Que hice? Soy un monstruo, no me lo perdonaré jamás.—se decía así mismo, negándose a esa cruel realidad. Salió y caminó tambaleándose, subió al ascensor y marcó los dígitos de planta baja, sentía náuseas, su cabeza daba vueltas y su visión se nublaba.Apoyado contra la fría pared metálica, sentía una mezcla de temor y culpa.—No fui yo, no era yo, ese misytul no era yo. ¡No! ¡No! —se reprochó golpeando a puño cerrado el suelo al momento de caer de rodillas. Sintió una fuerte presión en el pecho, sería que su corazón salir por su boca.Las puertas metálicas se abrieron, se puso de pie y salió, subió a su auto y condujo a toda prisa hasta llegar a una clínica priv
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