Adriánna sonrió y caminó a paso lento, llegó al auto y subió Natali se dirigió al hospital dónde ya la esperaba Lety.
—Madrina, que bueno que pudiste venir.
—¿Cómo no voy a venir a ver a mis niños? Y saber cómo están ahí dentro de tu pancita.
—Pasen por favor, el médico la espera. —dijo la enfermera.
Adriánna entró junto a Lety y a Natali, le ayudaron a cambiar su ropa por una bata y a subir en la camilla luego de las preguntas y revisión de ella.
—No creí decir esto Pero me estoy sintiendo nerviosa y felíz, cada ves que escucho sus latidos, mi corazón se estruja de alegría. Solo deseo que nazcan sanos que felices los haré yo.
—¡Aaaaj! Me siento destituida como tía. —se quejó Natali haciendo pucheros.
—Y yo como abuela. —protestó también Lety mientras reían.
—Me alegra mucho que estés superando te cada día mi niña.
-gracias por tu apoyo madrina, a ti también Natalie, te has convertido en una gran amiga. —dijo abrazándose a las dos.
El Galeno volvió a entrar y sentado en su silla, col