ADRIÁNNA.
Adriánna, Lety y Ernesto, habían llegado a Atenas, y el chófer esperaba por ellos en el aeropuerto.
Caminaron por los pasillos y llegaron donde estaba Cirilo.
—Bienvenido señor Lanús. —dijo el chófer.
Ernesto respondió al saludo, e invitó a la sorprendida Lety, que no entendía como un chofer de Uber era tratado como un millonario.
Miró fijamente y de forma interrogante a Ernesto y el sonrió.
—Bien, les voy a revelar mi identidad, realmente soy detective privado, y estaba en el caso de la investigación, de mi hija. —dijo entendiendo las interrogantes.
—¿Y lograrás encontrar quién es culpable? —preguntó Adriánna sintiendo una curiosidad y esperanza a la vez, encontrar a su agresor y hacerlo pagar era la idea que tenía en ese momento. Ernesto comprendió la pregunta y respondió.
—Mi hija viajó a Roma con unas amigas y una noche le sucedió lo mismo que le sucedió que a tí Adrianna. Y perdón por traer de vuelta esa fatídica noche. —respondió mirando a Adriánna, ella lo miró y tragó el nudo en su garganta.
—Tranquilo Ernesto, el evitar hablar no significa que no existió, solo que ahora es un tema del que no deseo hablar, no por ahora.
El resto del recorrido fue en completo silencio, Adrianna miró el paisaje mientras en su mente, se recreaba imágenes de sus hijos.
¿Que rasgos tendrán? ¿Y si se parecen a su padre?.
El auto se estacionó, y frente a sus ojos tenía una enorme mansión.
—Hemos llegado señoritas. —dijo Ernesto bajando y después dando la mano a Adrianna y luego a Lety.
—Es muy linda tu casa, que digo casa, mansión. —dijo Lety.
—Esta a su disposición, este será su hogar de ahora en adelante.
—Será hasta que busquemos trabajo, y podamos tener nuestro propio departamento. —dijo Adriánna.
—Esta casa es muy grande, tan grande que será como vivir en su propio departamento, pero ya habrá tiempo para hablar de eso. —dijo Ernesto caminando con ellas al interior de la mansión.
Llegaron y pasaron a la sala de star donde lo esperaba, Natali y el pequeño Joshua.
—¡Abuelo! —dijo Joshua corriendo a sus brazos.
—Hola mi campeón, ¿Como has estado? ¿Te portaste bien?
—Si abuelo, ya aprendí a sumar, mira uno más uno son dos. —expresó con alegría mostrando sus dedos.
—¡Bravo! Estoy muy orgulloso de ti mi campeón. Mira te presento a dos amigas, ellas necesitan que tú, en tus momentos libres les muestres está casa.
—Si abuelo, Seré su guía....Hola soy Joshua. —caminó y se presentó ante Lety y Adrianna. Ellas asintieron y tomaron su mano.
—¡Hola! Mucho gusto pequeño.
—Dime Jhos, así me dice mami y el abuelo.
—Está bien Jhos. —respondió Adriánna sonriendo.
Ernesto miró a Natali que sonreía y se acercó a ella.
—Hija te presento a Lety y a Adrianna, unas amigas. —dijo Natalia y volvió a sonreir al notar el sonrojo de su padre al mirar a Lety.
—Mucho gusto Lety, Adrianna, espero se sientan muy cómodas, y me alegra mucho tenerlas aquí, Así no estaremos tan sólo.
Después de las formalidades Natalia las llevó a la planta alta para indicar sus habitaciones.
—Esta será tu habitación. —le indicó a Adrianna.
—Muchas gracias, de verdad necesitaba alejarme de mi ciudad.
—Tranquila, aquí estarás bien, y espero que seamos buenas amigas.
—Si, también lo espero.
—Cuando desees aquí estoy para hablar.
—Lo tendré en cuenta. —dijo Adriánna.
Natalia, salió de la habitación y Adrianna suspiró profundo, miró lo grande y espaciosa que era, caminó despacio y salió a la terraza, miró el hermoso paisaje, y suspiró profundo.
—Una nueva vida. —dijo en un susurro y acariciando su vientre.
Lety y Adriánna lograron descansar, al día siguiente y después de su arreglo personal, bajaron al comedor donde estaba Ernesto junto a Natalia y Joshua.
—Buenos días, y disculpen el haberme quedado dormida. —dijo Lety. Adriánna bajó, saludó y se quedó en completo silencio sentado en una de las sillas, no pronunció palabras.
—¿Te pasa algo? —preguntó Natalia al verla distante.
—No, es solo que no me siento bien. —respondió.
El desayuno fue servido y mientras todos comían, Adriánna empezó a sentir las típicas reacciones del embarazo.
—Disculpen. —dijo saliendo al baño, Natalia hizo señales a Lety de que ella iría para ver si necesitaba algo.
—¿Estás bien? —preguntó Natalia. Adriánna salió cerrando los ojos y apretando su estómago.
—Son los síntomas del... embarazo. —dijo.
—Después pasarán, lo mismo me sucedió, te llevaré con mi ginecólogo para que te atienda.
—Muchas gracias Natali.
El desayuno pasó, y una hora despues...
—Sé la necesidad de trabajar Lety, pero piensa en Adriánna, ella te necesita y en su estado y por su edad aún no puede tener un trabajo.
—No queremos ser una carga para ti Ernesto.
—No lo son, mira, hagamos algo, tu dices que deseas trabajar, pon aquí tu taller de costura, y tu harás los uniformes de mi compañía.
—¿Compañía? ¿Acaso no eres detective?.
—Lo soy, y retirado, ahora tengo una empresa de construcciones. Es por eso que digo que tú serás la encargada de hacer los uniformes, contratas personal y estás aquí en casa, es más en el ala Sur hay un salón muy amplio y nadie lo utiliza, ahí puedes trabajar. Además el salón está equipado con todas las máquinas, mi esposa era maestra de diseño.
—¿En verdad? Podemos ir a verlo ahora.
—No..ahora no, primero ordenaré que lo limpien ha estado abandonado por mucho tiempo. —dijo Ernesto.
—Hoy te llevaré de paseo, te voy a enseñar la ciudad. ¿Te parece? Mientras limpian el lugar.
Lety aceptó y fue a la habitación para arreglarse un poco, mientras Ernesto fue a su oficina a realizar unas llamadas.
—Si completo, quiero todo listo para pasado mañana mismo, ni un día más. —ordenó, y colgó la llamada.
Ernesto salió de la oficina y miró a lo alto de las escaleras, Lety bajando con un hermoso vestido blanco, un sombrero a juego con la cartera y sandalias. Ernesto sintió un vuelco en su corazón.
Mientras Adriánna y Natali habían salido para ir al ginecólogo. Natali estaba el tanto del problema de Adriánna, y sabía que aún no estaba lista para abordar el tema.
—Despues de la cita con el ginecólogo, podemos ir a conocer la ciudad. ¿te parece?
—Claro que sí, y asi podré ver si consigo un trabajo. —respondió Adriánna.
—¿En qué te gustaría trabajar?
—No tengo experiencia, recién me gradué de la preparatoria, Necesito un empleo para poder estudiar la universidad.
—Bien, yo estoy estudiando arquitectura. ¿Que te gustaría seguir estudiando?
—Negocios internacionales, necesito sacar a mis hijos adelante.
—¿Hijos?
—Si... serán trillizos.
—¡Oh my god! Que hermoso, trillizos... Felicidades Adri, estoy segura que serás una gran madre. —dijo Natalia muy contenta y vio tristeza en los ojos de Adriánna.
—No estés triste Adri, un hijo es el mayor regalo que Dios nos envía a una madre como nosotras, no importa el que.... lo importante es que ellos estarán contigo, sus risas y ocurrencias son la mejor medicina.
—Seguro que así será.
—Sabes, yo también fui abusada, y el resultado de eso es mi hermoso hijo, es el niño más hermoso del mundo. —expresó Natalia viendo los ojos de Adriánna cristalizarse.
—Mi temor más grande es cuando ellos pregunten por su padre. ¿Qué voy a responder? ¿Cómo les diré?
—No te preocupes por eso, deja que todo es a su tiempo, tu vive el proceso y no sobre pienses tanto.
Llegaron al ginecólogo recibiendo los mismos resultados, dos horas después salieron del hospital, Natalia y Adriánna pasaron el resto del tiempo conociendo la ciudad.
—Es una hermosa ciudad, nunca creí conocerla, siempre veía imágenes de Santorini.
—Iremos también, Ahí tenemos casa en la playa, lo verás en vivo y en directo y ya no en imágenes.
—Necesito un trabajo más que nunca, tengo que empezar a ahorrar para mis bebés.
—Tranquila, mi padre necesita de una de secretaría de asistencia, estoy segura de que ahí te dará trabajo con horario flexible para que puedas estudiar.
—¿De verdad? Me alegra mucho. Tengo que ayudar a mi madrina con los gastos, no puedo depender de ella.
—Lo único que te quiero pedir, es que no te vayas de casa, así tengo una amiga con quién hablar y cuando nazcan los bebés mi hijo tendrá primitos para jugar, aunque ya sea más grande.
—Está bien, lo hablaré con mi madrina, -respondió Adriánna aceptando la posibilidad de quedarse a vivir ahí.
Todos habían regresado en la noche, y estaban listos para cenar.
—Adriánna, espero hoy haya sido un día muy productivo para ti. —preguntó Ernesto.
—Claro que lo fue, el médico me revisó, tengo cita el otro mes y estuve buscando trabajo.....
—Papá, el otro día dijiste que necesitabas una secretaria para la asistente, ¿Aún sigue vacante ese puesto?
—Si, aún no tenemos a nadie, Pero seria mejor que Adriánna trabaje directamente conmigo, como mi asistente.
—Pero deseo estudiar señor Lanús.
—por eso mismo, tu horario se ajustaría a tus estudios, porque la secretaria tiene tiempo completo. Y como mi asistente no. —aclaró Ernesto y Adriánna terminó aceptando.
—Pueden quedarse a vivir aquí, incluso le dije a Lety que hay un taller que nadie utiliza, y lo están adecuando. —dijo Ernesto y Natali lo miró extrañada.
La cena pasó entre conversas triviales y planes a futuro. Eran casi las once de la noche y cada uno fue a su habitación.
Al día siguiente, Adriánna fue a la empresa de Ernesto y fue presentada como su asistente personal.
—Dária, indícame cuál es su trabajo a realizar. —ordenó Ernesto pasando a la sala de juntas para ver la maqueta que estaban realizando del nuevo proyecto.
-enseguida señor. -respondió Daría empezando a indicar a Adriánna el trabajo a realizar.
Dos horas después, Adriánna estaba lista para inscribirse en la universidad.
¿Muy bien señorita, a organizar su tiempo de trabajo y estudios. -dijo Lety felicitando a Adriánna por el nuevo rumbo que le daría a su vida.
—Ven, que a ti te voy a mostrar el taller está listo esperando a su nueva jefa. —dijo Ernesto caminando con Lety al ala Sur de su residencia.
Llegaron y el salón estaba equipado con los implementos y maquinarias necesarias. Lety estaba maravillada viendo cada máquina, era un pequeño taller al que ella veía como una gran fábrica.
—Y hay otra cosa más que tienes que ver, en este banco puedes hacer un préstamo, porque Estoy seguro de que no me recibirás dinero para invertir.
—Pues si, ya bastante tengo con que me prestes el taller de tu esposa.
Un mes había transcurrido, Lety tenía contratos en las empresas de Ernesto para elaborar uniformes y unos que otros diseños de fiesta. Contaba con un personal muy amplio y capacitado y su ilusión era tener un taller propio.
Por otro lado, Adriánna había empezado a trabajar y estudiar derechos internacionales, y viendo como su vientre en tan solo cinco meses era enorme.
—Hoy tengo cita con el ginecólogo, hoy sabré si serán niños o niñas. —dijo Adriánna, cada día era una nueva oportunidad, una nueva esperanza y certeza de que tendría un futuro prometedor, estaba aceptando su nueva realidad y vivía cada día el proceso, acariciaba su vientre mientras hablab
a a sus bebés.
—Adri, vamos se hará tarde. —dijo Natalia pasando por ella para acompañarla al hospital.