Capítulo 7 —Para ayudarte
Narrador:
Aylin dejó la servilleta a un costado del plato y se levantó con la calma de quien sabe cuándo es momento de terminar la noche.
—Bueno, estos dos ya no pueden ni abrir los ojos —dijo con una sonrisa mientras pasaba una mano por el cabello despeinado de Mateo —Vamos, hora de dormir.
Los mellizos se quejaron en voz baja, pero no insistieron demasiado. Se bajaron de sus sillas con pasos lentos, bostezando, y Aylin los tomó de la mano con esa ternura sencilla y firme que siempre la caracterizaba. Cuando cruzaron la puerta, Sofía giró la cabeza justo antes de desaparecer por el pasillo y le guiñó un ojo a Sasha.
Sasha parpadeó, confundida. Pero no preguntó nada. Ya tenía suficiente confusión en la cabeza como para sumarle a esos dos demonios en miniatura.
Roman recibió una llamada justo entonces. Su móvil vibró sobre la mesa, y sin mediar palabra, lo tomó, miró la pantalla con el entrecejo fruncido y se puso de pie. Se alejó del comedor caminando como sie