Capítulo 1 —Es solo SashaNarrador:La tarde caía lenta sobre la mansión Adler, tiñendo los ventanales de un naranja perezoso. Eros estaba en el despacho de Roman, de pie frente al escritorio, hojeando unos papeles. Traje negro, camisa desabrochada en el cuello. El reloj pesado brillaba contra su muñeca, marcando cada segundo que, sin saberlo, lo acercaba al abismo. El crujido suave de una puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos. Alzó la mirada. Y el mundo se detuvo. Sasha Adler, quien ya no era la mocosa de trenzas peleando por atención. Era una maldita visión de pecado. Vestido corto, ajustado, rojo fuego. Cabello largo, cayéndole como una cascada de oro sobre los hombros. La daga tatuada en su brazo, como una advertencia silenciosa: no toques lo que no puedes controlar. Se apoyó contra el marco de la puerta con la misma facilidad con la que otros respiran, y sonrió. Una sonrisa lenta, insolente.—¿Molesto? —preguntó, ladeando la cabeza.Eros la miró. De arriba a abajo, descar
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