Capítulo 11 —Instinto reprimido
Narrador:
Renata se acomodó en su asiento junto a Paolo con una elegancia natural, observando la mesa con mirada crítica pero amable. Apenas el protocolo inicial se relajó y las copas empezaron a llenarse de vino, Aylin aprovechó un comentario casual sobre los niños para iniciar conversación.
—Tus hijos se comportan con una madurez admirable —dijo con una sonrisa genuina —Me recuerdan un poco a los míos… aunque los míos no se callan ni debajo del agua.
Renata giró la cabeza hacia ella, sorprendida por el tono amistoso y espontáneo.
—¿Tienes gemelos también? —preguntó, interesada de inmediato.
—Sí —asintió Aylin, refiriendose a Mateo y Sofía —No parece, porque se pasan el día peleando, pero sí, son mellizos. Una locura doble.
Renata soltó una risa auténtica, de esas que no se oyen a menudo en cenas diplomáticas.
—¡Entonces sabes perfectamente de qué hablo! Lucca y Gaia son iguales. Silenciosos en público, tormenta en casa.
—Exacto —respondió Aylin, encant