La verdadera forma de los Alfas Salvatore, y Romano.
Al llegar a la villa las lunas corrieron a ver a sus adorados cachorros para cerciorarse de que estuvieran sanos y salvos. Después fueron dejadas en su habitación. Los Alfas saldrían de nuevo.
— Patricio, Tomassi, Lauro, se quedarán a cuidar de nuestras lunas, saldremos a acabar con esta guerra, y al volver no quiero verle un solo rasguño a mi reina.
— Entendido Leonardo, yo estaré muy pendiente de ella y de los cachorros.
— Nosotros también, — Respondieron los otros betas.
— Joshua, yo me quedaré a cuidar de tu luna, ve con los Alfas Salvatore y acaben con esas ratas. — El beta Ivanko, se quedaría a cuidar de Aria y de Joshino.
Esta vez solo los guerreros recorrían las calles a velocidad sobrehumana, los Alfas iban en unas camionetas, y con ellos llevaban a Antoni Corlioni.
— ¿A dónde me llevan? — Preguntaba Antoni.
— ¿No es obvio? Vamos a visitar a tus hermanos, tenemos cuentas pendientes también con ellos. — Angelino respondió la pregunta al humano.
— ¡No, ellos