El cachorrito Joshua Salvatore.
El cachorrito era el vivo retrato de su padre, orbes verde esmeralda, regordeto, y se movía sin parar.
— Bienvenido a la manada Luna De Plata, cachorro, aquí crecerás y serás muy feliz.
— Lorenzo, tenemos que nombrarlo, a mí me gustaría, ya que le hemos hecho pasar muchos malos ratos, que se llamará Joshua como mi padre, ¿Qué dices? ¿Estás de acuerdo?
— Yo no tengo problema con eso, pero sé de alguien a quien no le va a gustar mucho la idea.
A Joana y al bebé los pasaron a una habitación, Lorenzo pidió lo mejor para su luna, entonces los reyes pudieron conocer al fin a su nieto.
— Pero que hermoso cachorro, míralo Leonardo, es igualito a Lorenzo cuando nació.
— Es muy bello, querida, es un cachorro muy regordeto, hasta pesa bastante.
— ¡Es adorable, Leonardo, y lo mejor es que se criará en nuestra manada! — Alejandra estaba muy contenta, arrullaba al recién nacido por toda la habitación.
— ¿Lorenzo, ya nombraron al lobezno? — El rey preguntaba.
— Si, Joana quiso