En el hospital, el médico se encargaba de estabilizar a la luna, ella estaba muy alterada, y debido a que no se podían poner en peligro a los cachorros, tuvieron que aplicarle un sedante, ella se quedó profundamente dormida. El beta Eduardo al ver que el rey salió del lugar, y como no le habían permitido verlo, salió detrás de él hasta alcanzarlo y se acercó a su mesa. Necesitaba convercerlo de ir a ver a su hija, no podían dejarse vencer por la luna y su anunciado embarazado — Alfa, necesito hablarle, mi hija está muy delicada, ella pregunta por usted, necesita de su apoyo para superar este mal estado de salud, fue la sangre de la luna la que la puso tan mal, ella casi muere, por favor no la abandone. El rey miró al robusto beta por unos momentos, definitivamente no estaba de humor para hablar con nadie, y tampoco tenía en la cabeza otra cosa que no fuera su luna y su intento de rechazo. Pero se trataba de Esmeralda, a quien había protegido siempre y le tenía un cariño muy
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