El mafioso italiano había rentado mucho a su suerte, pero los vanidosos Alfas no se opusieron, Alexis guardo la foto en su celular, la atesoraría por el resto de su vida.
Entonces el Alfa Leonardo consideró que ya les habían dado el tiempo suficiente a los Corlioni para que corrieran.
— Nos vemos después, vayan a casa, esta guerra termina hoy.
Dicho eso el Alfa dió un salto para convertirse en un enorme y majestuoso lobo negro de hermosos ojos verdes brillantes, era imponente, más grande que los otros tres lobos que habían visto.
Los mafiosos recibieron una breve mirada del rey antes de que se metiera al bosque y se perdiera.
Si no fuera porque se trataba de su socio y amigo, los italianos habrían temido por su vida, hasta llegaron a compadecer un poco a Antoni Corlioni y sus manos derechas
(...)
En la oscuridad del frío bosque, los Illuminati corrían de un lado a otro sin detenerse, podían sentir que eran observados, pero ellos no dejarían de intentar salvar su vi