La reina ha sido vengada.
Para cuándo Joshino despertó, su cachorro ya había nacido, y ya habían llevado a Alaska al hospital.
  Estaba muy avergonzado por haber dejado a su luna pasar por ese momento de dar a luz sola, no tenía palabras para disculparse.
  El de inmediato fue al hospital, Alaska ya estaba en una habitación, ella dormía exhausta de tanto pujar y soportar terribles dolores.
  — Vaya, hasta que despertó el bello durmiente. Quién iba a decir que te iba a acobardar en un momento tan importante, Joshino.
  — Lo siento mucho Alfa Salvatore, no sé que me pasó, Pero ya estoy aquí, quiero cuidar de mi luna y de mi cachorro. Reina Alejandra, ¿Me permite cargarlo?
  — Por supuesto Joshino, es tu hijo, tómalo con cuidado.
  El bebé estaba envuelto en una frazada azul, estaba despierto y tenía sus bellos ojitos azules abiertos.
  — Hola pequeño, soy papá, bienvenido al mundo de los licántropos, mira nada más que cachetotes tienes, con razón nada más te la pasabas pidiéndole de comer a tu bella madre.
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