La cabeza de Jones ha caído.
En una parte muy exclusiva de Italia, las dos lunas y los cuatro cachorros ya estaban instalados en una lujosa villa con un enorme jardín que daba a un frondoso bosque.
— Tia Katya, los cachorros extrañamos a mamá, y a papá, ¿Creés que vengan pronto a vernos?
— No te voy a mentir, pequeño Lionel, no tengo idea de cuando será que eso pase, pero lo que si te puedo decir... es que yo te voy a cuidar con mucho amor mientras tus papis ganan esa terrible guerra, yo... Extraño mucho a Damiano, yo... Me duele el corazón. — La bella luna se sentía muy triste.
— No llores tía Katya, vas a hacer llorar a los cachorros que tienes en la barriga, mejor vamos a la cocina a buscar un bocadillo. — El lobezno trataba de alegrar a su tía.
Mientras tanto Leo, Lorenzo, y Joshino, daban con una amplia habitación que estaba llena de videojuegos, los cachorros se sintieron en el paraíso.
— ¡Wow... pido la consola, esto es impresionante, Lorenzo, te reto a que me ganes!
— Aceptó Leo, pero el