Petya y Adisson salieron en el avión privado de la familia Salvatore sin despedirse, los Alfas ya sabían que se iría a la brevedad posible, la manada que fue del Alfa Jones, no podía esperar para comenzar a reconstruirse.

Mientras tanto la bella luna Katya abría sus hermosos ojos, ella se encontraba abrazada por alguien que la pegaba a su cuerpo.

— Pero que... — Pronto vió que se trataba de su Alfa, el había vuelto a su lado, estaba dormido junto a ella, los ojos se le aguaron, sentía una emoción enorme. — Damiano, despierta... Despierta...

— Hmmm... Cinco minutos más... — El Alfa abrió un ojo y después el otro, estaba cansado después de andar en la guerra, después el viaje, pero era hora de despertarse.

— !Damiano, estás aquí, mi amor, por la diosa, estaba tan preocupada por esa guerra, no quería perderte, todos decían que esos vampiros acabarían con los licántropos! Pero has vuelto... — Katya lloraba, había pasado tiempo en el que ella había tenido que guardar cama por el bi