Aaron se encontraba acariciando el hombro de su esposa, Katerina se removió al sentir la caricia.
— ¿Cómo amaneciste? — Fue la pregunta realizada por el hombre.
— Bien, pero si tu estas bien, ten por seguro que estaré mejor — Lo dicho por Katerina, claramente le saco una sonrisa a Aaron.
— No digas así o pensare que...
— Sí vas a pensar que me importas, de una buena vez ya te digo que si, pero hablaremos de eso más tarde, yo me quedaré hoy aquí puesto que ayer no terminé con el trabajo y posteriormente llevare los documentos a la Empresa.
— Me parece bien — Respondió Aaron besando los labios de su esposa, según el reloj era las de la mañana.
Una hora mas tarde el sol apenas asomaba en el horizonte cuando Aaron Morgan ya estaba en camino a la empresa. El regreso al trabajo no solo significaba retomar sus responsabilidades, sino también demostrar que estaba de pie, fuerte y listo para enfrentar cualquier amenaza.
A pesar de la molestia en su costado, no permitiría que una simple herida