Gracia salió del elevador con el corazón latiéndole con violencia. Al llegar al vestíbulo, se topó con Celeste y la señorita Rojas, quienes se reían abiertamente de ella.
Las miró de arriba abajo con desprecio y siguió su camino con paso firme y apresurado.
—Salió perfecto, Rojas —bufó Celeste con suficiencia.
—Así es, señorita Celeste. Si la aparecida pensaba llegar y quedarse con todo, se equivocó.
Ambas estallaron en una carcajada estruendosa, burlándose sin pudor. Gracia alcanzó a escucharlas mientras salía de la compañía.
No fue a la mansión. Subió a un taxi y se dirigió directamente a buscar a su amiga y abogada, Pandora.
Había tomado una decisión. El divorcio.
—Dime, Pandora, ¿existe alguna cláusula que me permita terminar mi matrimonio con Maximilien por infidelidad?
—Pues estoy revisando todos los acuerdos que firmaron el día del matrimonio, y no hay absolutamente nada que indique que puedes solicitar el divorcio por infidelidad. Pero dime, ¿estás completamente segura de que