CAPÍTULO 46
La sala de reuniones estaba vacía ahora, salvo por los tres. Denzel acababa de cerrar su presentación con un apretón de manos firme, mientras los inversionistas salían entre murmullos de aprobación. Andrey se mantenía sentado, serio, con los ojos ligeramente ausentes, como si parte de él estuviera en otro plano.
—Señores —la voz suave y modulada de Nemeyra se impuso mientras recogía sus documentos con elegancia—. Si no es mucha molestia… ¿Podría hablar con usted unos minutos a solas, señor William?
Por algunos asuntos durante la reunión, Denzel tuvo que integrar a Andrey y decir que estaba al mando, así que la dinámica había cambiado un poco. Sobre todo por los temas legales.
Andrey apenas ladeó la cabeza.
—¿De qué se trata?
—Solo detalles del contrato que prefiero manejar directamente con usted, si el señor Denzel no tiene inconveniente, claro —su sonrisa era afilada, pero encantadora.
Denzel miró su teléfono justo en ese momento porque este vibró dos veces. Él leyó la pa