La noche en *Velvet Room* había comenzado con risas suaves, música envolvente y cócteles que brillaban bajo la luz tenue del reservado. El bar, con sus cortinas de terciopelo y sillones en tonos vino, parecía diseñado para una celebración íntima y sofisticada. Camille, Lucie, Isabelle y Celeste estaban rodeadas de amigas, todas vestidas con elegancia, disfrutando de una noche que era solo para ellas.
Las copas se alzaban entre brindis, las conversaciones fluían con naturalidad, y las bromas sobre los futuros esposos no tardaron en aparecer.
—Si James supiera que estamos aquí —dijo Camille, riendo—, ya estaría en la puerta con una lista de reglas.
—Y Noah detrás, diciendo que él puede romperlas —agregó Lucie.
Isabelle y Celeste se reían, relajadas, disfrutando de la libertad que esa noche les ofrecía.
Después de un buen rato de diversión, llegaron unos meseros con bandejas de bocadillos cuidadosamente decorados. Mini tartaletas, brochetas de frutas exóticas, y pequeños canapé