Jonathan, Gregory y Beatrice decidieron quedarse unos días mas en Italia, así que el camino hacia el jet privado *Lumen* transcurrió en silencio cómodo. Camille y Lucie conversaban entre ellas, mientras Noah conducía con la mirada fija en la carretera. Isabelle, sentada junto a la ventana, no dejaba de mirar el cielo. Había algo en ella que vibraba distinto: impaciencia, emoción… libertad.
Al llegar al hangar privado, el jet ya estaba listo. Y frente a él, recargado con aire despreocupado en el auto de seguridad, estaba James. Vestía informal, pero con ese toque suyo de elegancia rebelde. Al verlos llegar, se enderezó.
Isabelle fue la primera en bajar. Apenas sus pies tocaron el suelo, corrió hacia él.
—¡James! —exclamó, con una sonrisa que no intentó contener.
James la recibió con los brazos abiertos, sorprendido pero encantado. Rió mientras la rodeaba con fuerza.
—Vaya… alguien amaneció muy feliz esta mañana. ¿Debería estar celoso?
Isabelle se separó apenas, sin soltarlo