Mansión Moore – Atardecer
La casa estaba tranquila, demasiado tranquila para la hora. Los empleados iban y venían, preparando la mesa para una cena que reunía a todos en el gran comedor. Isabelle caminaba por el pasillo central cuando algo en el suelo captó su atención: un sobre, blanco, sin remitente.
Lo recogió, mirando alrededor. No había nadie. Rompió el sello con cuidado.
Dentro, una sola hoja de papel, doblada en tres partes. La caligrafía era elegante, femenina, pero el mensaje era helado:
"Uno de ellos no terminará la cena.
Podrías salvarlo… si eliges rápido.
Pero no hay tiempo para ayudar a ambos."
El pulso le golpeó en los oídos. Su primera reacción fue pensar que era alguna broma cruel, pero en el reverso de la hoja había algo más escrito a mano, como si fuera un susurro personal:
"Tú decides, Isabelle. El otro… quedará fuera de tu vida para siempre."
Reconoció esa letra. Astrid.
Un sudor frío le recorrió la nuca. No había instrucciones claras, pero el significado