Capítulo 98: La habitacion vacia.
La luz del amanecer se filtró por las pesadas cortinas de la suite principal, pero no trajo calidez. Kerim despertó con un sobresalto, su mano tanteando instintivamente el lado izquierdo de la cama.
Estaba frío. Las sábanas estaban lisas, sin arrugas, testamento mudo de una noche solitaria.
Kerim se incorporó, frotándose los ojos hinchados. Por un segundo, la niebla del sueño le permitió olvidar los eventos del día anterior: el infarto de su padre, la partida de Emmir, el colapso de Ariel. Pero la ausencia de Zeynep trajo la realidad de golpe. Ella no había dormido allí. Ella había cumplido su palabra.
Se levantó a toda prisa, poniéndose una bata de seda sobre el pijama, y salió de la habitación. El pasillo estaba silencioso, un silencio que a Kerim le pareció acusatorio. Sus pasos resonaron mientras se dirigía casi corriendo hacia la habitación del bebé. «Tiene que estar allí», pensó. «Seguro se quedó dormida meciendo a Evan».
Abrió la puerta de la guardería con brusquedad.
La escena