KIERAN:
Puse una mano en la espalda de mi Luna, conectándome con ella, y dirigí su poder divino justo al pecho de Amara, quien comenzó a gritar mientras un humo negro salía de ella. Reconocimos ese humo de inmediato: era otra poseída por el poder de Crimsonox. Como Sarah, era una sirvienta de él.
—No la destruyas, Kieran —rogó Marcus al ver cómo dejaba de expulsar humo negro y se desmayaba. —Marcus, te hago responsable de ella —dije, impidiendo siquiera lanzar el rayo luminoso—. Vámonos, es suficiente por hoy. Un enorme yate estaba en el embarcadero. Zarpamos enseguida bajo un manto de estrellas y una hermosa luna llena que iluminaba las aguas. Había dejado a los gemelos dormidos en la cama, sujetando el vestido de Claris como si temieran que escapara. Luego de organizar todo en la superficie, me dirigí de nuevo al camarote,