C158: Jamás volverá a tenerme.
—¿Sabes qué es lo que realmente destruyó este reino? —cuestionó Askeladd—. No fui yo, ni mis lobos, ni siquiera los elfos que hoy marchan conmigo. Fue tu propio desgobierno, Milord. Tu reino agonizaba mucho antes de que yo cruzara la frontera. Se estaba muriendo de hambre, asfixiado por tus malas decisiones, por tu despilfarro de los recursos, por el desprecio con el que tratabas a los tuyos.
Milord apretó con más fuerza el brazo de Azucena, como si así pudiera mantener su control, pero Askeladd continuó.
—Este desastre no es más que la consecuencia natural. Tu gente ya no te soportaba, estaban hartos de vivir en la pobreza mientras tú te entretenías en tus pasatiempos triviales. ¿Qué esperabas? Les diste la espalda una y otra vez. Solo te importaba tu palacio, tu riqueza, tus amantes, tus lujos. Jamás tuviste en cuenta a tu pueblo. Y aún así, a pesar de condenarlos a la miseria, pretendías que fueran leales.
Milord respiraba agitadamente con la rabia crispándole el rostro, pero no ha