C130: Encederé la chispa.
—Muy bien —articuló Askeladd—. Ya sabemos cómo está Asis: al borde del colapso. Eso nos ayuda. Pero no basta con conocer la debilidad; hay que convertirla en un hundimiento que arrastre a Milord. No quiero una guerra suicida, quiero que encendamos la revuelta desde dentro, paso a paso y con cabeza, hasta que el rey se quede sin apoyos y su poder se desmorone —apoyó las manos en la mesa y dejó ver el mapa con las zonas donde había señales de hambre, mercados paralizados y cuarteles descontentos. Todo esto lo marcó con la información que le brindó Ragnar—. Organiza el trabajo en tres frentes a la vez: la calle, la economía y las filas militares. Cada frente empuja a los otros; cuando la gente, los oficiales y el ejército se quiebren, Milord se queda sin nada.
—¿Cómo empezamos? —preguntó Ragnar.
—Primero, siembra el descontento en la gente —contestó Askeladd—. Usa a los comerciantes y jefes de gremio: págales en secreto para que paren, para que retengan mercancía, para que convoquen huel