C123: Un pacto con fuerzas oscuras.
El sol apenas comenzaba a elevarse en el horizonte cuando Askeladd se dirigió hacia la gran plaza central de la capital de Sterulia, un espacio amplio, pavimentado con piedra antigua y rodeado de edificios del gobierno y del comercio, donde la gente acostumbraba reunirse para los anuncios importantes. La plaza ya estaba parcialmente ocupada; comerciantes, soldados y ciudadanos curiosos se acercaban mientras los pregoneros colocaban barreras y ordenaban a los curiosos para mantener cierto control. Desde temprano, los ciudadanos habían acudido atraídos por la noticia: el Alfa de Sterulia haría un anuncio de importancia vital.
Askeladd llegó al lugar con su capa ondeando levemente al viento, y subió al estrado en el centro de la plaza. Su presencia imponía respeto. No era solo un líder; era el corazón del reino.
Azucena, por su parte, permanecía en el Gran Pabellón, segura detrás de la protección de Beatriz y de un guardia asignado. Sabía que Askeladd debía actuar frente a su pueblo, que