Capítulo 97.
NARRADOR.
Carla nunca había sido una mujer paciente, pero los últimos días habían puesto a prueba todos sus límites. Valeria había regresado y, con ella, el equilibrio que Carla había creído controlar se había desmoronado. Todo lo que esperaba, todo lo que había soportado durante esos cinco años a la sombra de Armando, estaba en peligro de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
El amor que Armando profesaba por Valeria era indiscutible. Carla lo había visto en su mirada, en la forma en que sostenía a ese niño, Alessandro, cuya existencia le había caído como un balde de agua helada. Y lo peor era que el parecido era innegable: era hijo de Armando. No había argumento que pudiera usar contra esa verdad.
Pero Carla no era una mujer que aceptara la derrota. Si no podía tenerlo, entonces nadie lo tendría.
Fue entonces cuando desempolvó una carta que había guardado por años. Un nombre que hasta Armando desconocía que ella conocía: Alias Maduro, un criminal temido en Venezuela, un viejo en