Capítulo 127.
POV Valeria
La noche se quebró con un dolor punzante, seco, que me hizo arquearme en la cama. Primero pensé que era otra de esas contracciones falsas que llevaba semanas soportando, pero cuando el calor me recorrió la espalda y sentí la humedad cálida entre mis piernas, supe que había llegado la hora.
—¡Armando! —grité, con un hilo de voz.
Él estaba a mi lado en segundos, como si hubiera estado esperando esa llamada toda la vida. Encendió la luz, me miró y su rostro endurecido se transformó en un gesto de pánico contenido.
—Ya es el momento, mi amor —susurró, tomando mi rostro con las manos—. Respira, estoy aquí.
El caos se desató. Ana corrió por los pasillos de la mansión llamando a los guardias. Vanessa apareció con los ojos llenos de lágrimas, y Alessandro, todavía con el pijama arrugado, preguntaba qué pasaba. Armando los abrazó a ambos con un movimiento rápido.
—Su mamá va a traer a sus hermanitos. Cuídenla desde aquí —les dijo, antes de cargarme casi en brazos hacia el coche.
El