Capítulo 58.
POV— Armando
No soportaba la rabia que hervía en mi pecho. Apenas crucé la puerta de mi oficina sentí cómo la furia me devoraba. El nombre de ese hombre, Jonathan Smith, resonaba en mi cabeza como un eco insoportable. Valeria iba a trabajar con él… con él. El mismo desgraciado que meses atrás se había atrevido a cortejarla, enviarle regalos, plantarse en la empresa como si tuviera algún derecho sobre ella.
Golpeé el escritorio con tal fuerza que los portarretratos cayeron al suelo, uno se rompió en pedazos. Pateé la silla, tiré los papeles, lancé todo lo que encontré a mi paso. Necesitaba desahogar la rabia, ese veneno que me recorría las venas. La idea de perder a Valeria me era insoportable.
—¡Maldición! —rugí, quedándome solo en medio del desastre.
No podía concentrarme, mucho menos trabajar. Cerré todo y me fui a la mansión, conduje a toda velocidad hasta directo a casa. Apenas crucé la puerta subí a mi habitación. No quería ver a nadie, no quería hablar.
Encendí la luz tenue, tom