Zoe miró su mano, rió y respondió con una sonrisa sincera:
—Sí. Me pidió que fuéramos novios el sábado. Oficialmente. —Hizo un gesto orgulloso mostrando el anillo—. Sorpresa romántica, cena, todo al estilo Arthur.
Thor solo respiró hondo y negó con un leve movimiento de cabeza.
—Al menos alguien es feliz.
El silencio que siguió pesó más que cualquier discusión. Zoe lo observó durante unos segundos. Sabía bien cuánto escondía ese comentario. Thor no solía abrir su corazón, pero las grietas estaban a la vista. Era imposible no notarlas.
—Thor… —comenzó con cautela— ¿por qué no vas detrás de Celina?
Él alzó los ojos, fríos, y respondió seco:
—Ella tomó su decisión.
Zoe mordió el labio inferior y caminó hasta quedar frente al escritorio, desafiando la mirada impenetrable de Thor con la firmeza de la suya.
—Ustedes se aman, Thor. Todos aquí lo ven. Hay tantas cosas que necesitan decirse. Necesitan hablar, sacar todo. —Intentó sonreír con suavidad—. Poderoso jefecito, deja el orgullo a un l