La tarde cayó sobre São Paulo con un peso grisáceo, reflejando la tensión que se acumulaba en los pasillos de T&R Enterprise. Thor entró en la sala de reuniones con el semblante endurecido, los ojos ardiendo de una furia contenida. La ausencia de Celina había desestabilizado la rutina de la empresa —pero nadie imaginaba hasta qué punto.
La mesa estaba ocupada por cinco empleados del área financiera, todos visiblemente nerviosos. En una esquina, una joven intentaba torpemente organizar los documentos que Celina solía preparar con precisión quirúrgica. Thor le lanzó una mirada cortante.
—¿Esto es lo que ustedes llaman un informe? —rugió, arrojando la carpeta sobre la mesa con violencia—. Parece hecho por un becario con problemas de comprensión.
—Señor Thor —intentó interceder uno de los gerentes—, tuvimos dificultades porque la única funcionaria disponible para cubrir el puesto de su secretaria es nueva, todavía se está adaptando…
—¿Adaptando? —interrumpió Thor, golpeando la mesa con la