LAS LLAMADAS EN LA NOCHE.
Esa noche Patri y yo nos quedamos viendo películas de terror hasta tarde, lo que nunca hacemos, porque las dos somos unas miedosas, pero por jugar de valientes, lo hicimos, a las horas de la noche, tipo once y treinta, Ponky le ladraba a la puerta, como si estuviera alguien detrás, en el pasillo que da al elevador, me puse mis pantuflas, y me disponía a salir a ver qué era lo que sucedía, porqué el cachorro estaba tan inquieto, pero Patricia no me dejó, dijo que si estaba loca, que no sabía que había al otro lado, que mejor nos lleváramos a Ponky al cuarto y que hiciéramos silencio, que no la pusiera más nerviosa de lo que ya estaba, ella era demasiado intuitiva, seguramente por lo que había pasado en la Universidad con el mensaje y por las películas de terror que vimos, estábamos un poco o muy nerviosas.
Miré por la ventana de la habitación y todo se veía en absoluta calma, más de lo normal, no había muchos autos en el estacionamiento, ya era tarde, así que el silencio era abrumador,