21

Cuando dejaron a Benjamín en la sala de recuperación, pedí pasar un minuto. Román me miró, dudó, y me dejó, analizando que era imposible que alguien me hiciera daño dentro de ese cuarto.

Él abrió los ojos al oír la puerta.

—No venías a verme a la farmacia —bromeó, con una mueca que dolió.

—No —respondí—. Pero gracias por estar.

—No soy un héroe —dijo—. Fui imprudente y actúe por impulso, pero me alegra de ser yo y no tú quien resultara herido.

Me mordí el labio. El pasado tembló un instante, pero no lo dejé salir, jamás imaginé que un pensamiento como ese fuera capaz de salir de Benjamín.

—Declara lo que viste. Gracias por salvarme y cuídate —le pedí.

—Lo haré —asintió.

Salí. Román esperaba afuera, con ese gesto entre protector y paciente que aprendió a usar conmigo.

—Nos vamos —Traeré a tu Eva —sonrió apenas—. Tu amiga. Dice que quiere verte. Y yo creo que es buena idea.

- ¿Hablo contigo?

-Si

- ¿De dónde saco tu número?

-Su hermano es amigo mío, supongo que si tu no se lo diste fue é
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP