67. ¿QUIEN TIENE EL CONTROL?
CIELO
Hablaba con el duque en parte por apariencia y en parte por estrategia: No puedo negar que una parte de mí temblaba de ira ante la posibilidad de que le haya hecho algo a mi Jaime, pero también sé que mi Musa no es un ser indefenso. Mi pareja del alma nunca lo sería. Así que dejé filtrar algunas de mis emociones y las exageré un poco visualmente.
En la mente de este viejo, su esposa aún es una mujer frágil, aunque la crea bruja, está convencido de que puede controlar su mente con temor. Lo que no sabe es que yo puedo ser mil veces más terrorífica que él, si lo quisiera. No está en mi naturaleza mostrarme tan débil, por eso escondo mi rostro e imito los sollozos del llanto, aunque lo que más quisiera sería convertirlo en sapo —o en algo peor. Pero un posible castigo de la iglesia me lo impide. Estoy segura de que esa institución debe ser peor en este lugar que en mi realidad y no tengo ganas de comprobarlo.
Y entonces, sin avisar, todo cambió. Elizabeth se fue. No la vi partir; l