59. TRATANDO DE HUIR...DE PROTEGERLO
ODETH
No estaba preparada para verlo tan pronto. Mi corazón se agitó cuando escuché su voz incluso antes de que mis ojos lo encontraran. La sutileza no es lo suyo, así que fueron varias veces en que lo descubrí mirando en mi dirección y por la mueca en el rostro de la duquesa, estoy segura de que ella también lo notó.
No puedo escapar. Mi trabajo es acompañar y servir siempre a la duquesa, a no ser que una orden suya dicte lo contrario. Por fortuna, la orden llegó y con celeridad salí de la sala rumbo al jardín. Su mirada me acompañó hasta que desaparecí por aquella puerta. Pude sentirla casi como una si fuera una caricia tibia sobre mi piel.
Me senté entre las sombras del jardín, cerré los ojos y posé una mano sobre mi vientre, buscando calmar el torbellino de mi pecho. Debía poner distancia, acallar este corazón que se ha empeñado en fijarse en quien no debe.
Él no debió seguirme anoche, menos haberse retirado como lo hizo. Aunque anoche él fue el pilar que me sostuvo, no debo apro