Una conversación de vida o muerte.
Los hermanos se quedaron pensando en que la doctora quizás significaba más para su hermano de lo que admitía.
— ¿Qué harás al respecto? ¿Vas a dejar ir a Elizabeth para que hable con ese humano? Quizás ellos todavía pueden arreglar su matrimonio, así tú ya no tendrías que cuidarla y mantenerla aquí? — Massimo lo veía como una salida, pero el Alfa no opinaba igual.
— ¡Jamás! Nunca permitiría que ese hijo de perra se le acercara a la madre de mi cachorro, ella no quiere verlo, le hizo daño, la traicionó, además casi la... Si ese imbécil no firma los papeles, lo que se va a ganar es que lo envíen al infierno. — Respondió el lobo muy molesto, sus ojos cambiaron de color por unos momentos, dejando ver que su lobo estaba presente.
— Ese tipo es una escoria, firme o no, deberían matarlo de todos modos. Humanos como él no merecen seguir respirando. — Emiliano era todavía más inflexible que su tercer hermano.
— Está bien, tienen razón, por cierto Damiano, hoy por la madrugada entramo