Los padres cuidan a sus hijos.
En la tienda exclusiva de novias, Mayté ya se probaba el tercer vestido de novia mientras las chicas bebían de una costosa champaña, ellas estaban emocionadas por la jóven loba y la próxima boda.
El cuarto vestido era fabuloso, no había manera de que nos les gustara a todas, a Mayte se le veía hermoso, y había sido su favorito entre todos los demás.
— Chicas, este es... Es mi vestido, reina luna, ¿Le gusta!
Mayté trataba a su reina con mucho respeto.
Elizabeth no la corrigió, de todas formas ella no aceptaba llamarla de otra forma.
— Por supuesto, es divino, y te queda como un guante hecho a medida, te verás extraordinariamente hermosa el día de tu boda.
La respuesta de la reina hizo sonreír a la jóven loba. Ella se sentía muy feliz en su corazón.
— Está bien, nos llevaremos este vestido, envíenlo a esta dirección. — Mayté le dió la tarjeta que el Pakhan le había dado previamente. — Bueno, es hora, he reservado una mesa en un club muy exclusivo. vamos a festejar un p