Un pequeño Pakhan.
El pequeño vampiro odiaba al Faraón porque había peleado con su padre, eso lo hacía automáticamente enemigo.
Un poco más tarde, Igor, el ex Pakhan de la vratva, bajaba ya duchado y vestido en un traje hecho a medida, no iba a desentonar entre tanto ser extraordinario, en realidad todos ellos eran muy apuestos.
— Alexander, ¿Dónde están todos? Puede que haya soñado todas esas locuras de lobos, vampiros, y hasta esa momia egipcia que camina entre nosotros.
— Mm, pues no, siento mucho decirte que no es así, todo es real, de hecho te estamos esperando. Quiero presentarte a mi prometida, ella es Mayté.
— ¿Entonces es verdad? Por fin vas a ponerte serio con una jóven, ¿Eh? Nunca quisiste comenzar una relación con nadie, por más hijas de nuestros socios que te presenté.
— Eso es porque Mayté es especial. Resulta que la diosa luna, que es la diosa de los lobos, nos ha emparejado, es decir que somos almas gemelas.
— ¿Cómo es eso?
— Nuestra diosa creo al Pakhan para mí hija