Humana ordinaria.
Los ojos color miel del vampiro rubio se mostraban complicados y confusos. Lo que su amo y amigo le contaba lo tenía estupefacto, nada era tan absurdo e inverosímil que el enemigo de su rey tuviera embarazada de su cachorro a su alma gemela.
— ¡¿Ese desgraciado embarazó a tu reina?! ¡Debe ser una broma de muy mal gusto, ella es tuya, ella es tu destino, no puede tener al hijo de ese licántropo, simplemente no lo puedes permitir, quitásela, arrebatasela, estás en todo tu derecho, ese rey solo la está usando para que le dé un hijo!
— ¿Creés que después de siglos de buscarla la voy a dejar aquí? Por supuesto que no, ella se irá conmigo, me la llevaré a dónde pertenece, solo que será después de la fiesta, porque en el momento en que le robe a la futura madre de su cachorro al Alfa Gambino, le estaré declarando la guerra... De nuevo.
— Carajo, habían pasado unos cuantos siglos en los que intentábamos que hubiera paz en nuestros mundos, ¿Te preocupa lo que pueda pasar si entramos