Marina
Estoy tan enojada con Salvador y su m4ldita bipolaridad que quiero largarme de aquí, sin embargo no pienso dañar la noche a Clara que está pasándola bien con Federico, por el contrario pienso hacer lo mismo, si él no quiere bailar, entonces que le den.
Llego a la pista de baile y me hago un hueco entre el mar de personas y puede que sea por dignidad, rabia o simplemente malicia femenina, pero me ubico de tal forma que quede enfrente del balcón de nuestro reservado y cuando los ojos de Salvador se posan en mi, me encargo de hacer el show de mi vida.
Al principio lo único que siento es rabia, pero a medida que me muevo al ritmo de la música y siento sus ojos recorriéndome entera desde arriba, el calor empieza a formarse en mi interior y me debato si esto ha sido una buena idea.
Justo cuando estoy considerando salirme de la pista de baila, siento un cuerpo colocarse a mis espaldas y de inmediato me tenso.
Mis ojos por inercia van hacia Salvador y noto como tiene la quijada apretada