Extra I.
Draco:
—Draco, ¿Qué haces?
—Limpiando mi arma muñeca —la miro.
—Por Dios Draco —ella se acerca a mi—, no quiero qué los niños te vean haciendo eso.
—Están tomando su siesta, por eso lo hago.. No quiero perder la costumbre.
Elizabeth bufa, pero le resto importancia.
Ella siempre está exagerando con respecto a esto. Ella sabe que no puedo ni iba a dejar mi vida atrás, la amo con todo mi ser, pero no puedo dejar mi vida de mafia, por mas que me hayan dado la oportunidad de alejarme de todo esto, siempre debo estar alerta, mas cuando tengo dos hijos que cuidar.
Puede que ahora no sea parte de la mafia al cien por ciento, pero debo mantenerme alerta siempre y ella lo sabe, ya tenemos tiempo juntos, ella sabe en donde se quiso meter.
—Debes relajate muñeca —dejo el arma en su sitio y me acerco a ella—, siempre lo debo hacer por seguridad.
—Lo sé y lo siento —dice—, es que sigo sin acostumbrarme mi amor.
—Y lo entiendo, pero ya debes hacerte la idea de que en este mundo, jamás se puede salir