Noah se despertó al día siguiente con la cabeza pesada, el eco del llanto de la noche anterior todavía resonando en su interior. La noticia de la muerte de su padre, su asesinato enmascarado como una enfermedad, se sentía tan irreal como la propia vida que ahora llevaba.
No tenía ánimos para nada, y mucho menos para ir a trabajar. Le envió un mensaje de texto a William.
"No me siento bien, no iré hoy. Por favor cúbreme”
En realidad, no era mentira, No estaba para nada bien. Lo único que quería era esconderse del mundo, de los problemas, de la realidad.
Se quedó en el departamento, solo. El silencio se sentía pesado, opresivo, pero era un silencio que necesitaba. No quería hablar con nadie, no quería que nadie supiera de su luto, de su dolor. Su padre era ahora una pieza más en este juego de ajedrez que lo involucraba a él.
Al día siguiente se alisto con movimientos lentos y pesados, llego temprano al taller, intentando parecer lo mas positivo posible, pero se le dificultaba mu