Noah llegó más temprano de lo normal. No vestía el uniforme de obrero; llevaba unos jeans oscuros, ceñidos a su cuerpo y una camisa blanca arremangada hasta los codos, abierta justo lo suficiente para dejar entrever su clavícula y parte de su pecho. El uniforme iba doblado dentro de una mochila negra a sus pies.
El cabello ligeramente despeinado, la barba rebajada… estaba muy lejos de la imagen de un obrero común.
Se dejó caer en una de las sillas de la recepción, apoyando la espalda, con esa calma aparente que no tenía nada de real. El teléfono vibró en su mano. Era un mensaje de su hermano. Una imagen de visualización única.
La abrió.
Una foto de su pasaporte corporativo, con sellos recientes de salida y entrada al país. Sellos que él no había estampado.
Debajo en la misma imagen, un texto corto:
"Estuviste el día de las firmas. Las fechas coinciden… Esto es muy malo."
El golpe fue inmediato. No necesitaba más para entenderlo: alguien había usado su pasaporte corporativo para inven