Capítulo 70
El cielo empezaba a teñirse de naranja, la luz del sol se filtraba entre los altos edificios. Lilian caminaba despacio, llevando de la mano a Gabriel. El niño avanzaba a pequeños saltos, girándose de vez en cuando hacia su madre con gesto alegre.
—Mamá, ¿luego puedo jugar con los rompecabezas con la señorita Clara? —preguntó con inocencia.
Lilian sonrió con dulzura y acarició el cabello de su hijo.
—Por supuesto, cariño. Seguro que la señorita Clara estará encantada de que juegues allí.
Al llegar frente a la casa de Clara, la puerta ya estaba abierta. Ella apareció con una cálida sonrisa, luciendo un delantal estampado con flores.
—Lilian, Gabriel.
El niño soltó la mano de su madre y corrió hacia ella.
—¡Clara! —exclamó con entusiasmo, abrazando su cintura.
Clara rió suavemente y se inclinó para devolverle el abrazo.
—Vaya, parece que estás muy emocionado por la cena de esta noche.
Lilian sonrió y se agachó hasta ponerse a la altura de su hijo.
—Cariño, escúchame. Tienes q