Alejandro no tenía ni una idea de dónde podía estar Eva, no podía llamarla, ya que su padre se había encargado de mostrarle el video de su encontró íntimo con Alana y él, en un acto de coraje, lo estrelló contra la pared.
- ¿Dónde estás, Eva? Debo hablar contigo… Las cosas no son como parecen, además, tú también tienes mucho que explicarme. -dijo el hombre mientras conducía a su casa.
Luego de un viaje que se le hizo eterno, llegó al apartamento que compartía con su esposa. Las imágenes de lo que sucedió, dos días atrás, comenzaron a golpearle internamente.
Alejandro caminó hacia su habitación, no lo decía, pero quería creer que Eva podría estar en su casa, sin embargo, al llegar a esta, se percató que Eva, definitivamente, no estaba ahí.
El hombre quiso tomar un baño, ante la angustia que sintió al enterarse de que Eva estaba en el hospital, él bajó del avión y se fue al hospital. Hoy, más que nunca, quería tomar un baño, se sentía sucio, quería quitarse la sensación de lo que había