Eva salió rápidamente de la oficina de Alejandro, jamás imagino tal escenario, podía sentir como su rostro se encontraba rojo como un jitomate, como una cereza, no como una fresa, bien podía sentir como sus mejillas estaban calientes al igual que sus orejas.
El hombre frente a ella, el hombre que infinidad de veces vio a lado de Demian era todo un egocéntrico, sabía perfectamente quien era y lo que valía, pero todo ello le molestaba a Eva.
- Eva, Eva… Solita te metes en problemas. – Decía en voz alta.
Molesta salió del edificio Mendoza y se dirigió inmediatamente al hospital, conforme iba llegando a este, el rubor y calor que le había provocado la pena de estar frente a ese famoso CEO, se iba disipando.
- Eva, Eva ¿Cómo te fue? – Dijo Sara al verla llegar.
- Sara no sé cómo explicarlo, ¿Estas completamente segura de que ya habías hablado con Alejandro Mendoza?
- Si… Es un hombre serio, de pocas palabras, pero es muy bueno en lo que hace, si conseguimos su apoyo, créeme S&M se ira muy,