Katherine caminaba detrás de Cassian con la mandíbula apretada, cada paso resonando en su cabeza como un eco de la decisión que acababa de tomar. Se había entregado a un pacto oscuro por venganza, ahora, cada sombra le recordaba que podría haber firmado su propia condena.
Ella se fijó en su andar era firme, seguro, arrogante, como si el mundo entero le perteneciera. El aire del bosque estaba impregnado de la presencia de su poder, tan denso que los árboles parecían inclinarse ante él.
El sendero hacia la manada estaba cubierto de piedras y humedad. Katherine intentaba mantener el equilibrio, pero no estaba acostumbrada a caminar entre raíces ocultas bajo la penumbra a pesar de que toda su vida la pasó en el bosque, había sido sobreprotegida siempre por sus padres y su abuelo. Cassian, en cambio, parecía moverse con la naturalidad de un depredador.
Fue inevitable mientras contemplaba al macho como una tonta, su pie enganchó una rama y Katherine perdió el equilibrio. El aire escapó de s