241. La Traición Confirmada
Platina miró a Florencio, esperando ver en él la misma sorpresa, el mismo horror que sentía ella. Pero lo que vio fue diferente. Vio cómo la sangre desaparecía de su rostro, reemplazada por una palidez mortal. Vio cómo sus ojos se clavaban en un punto invisible de la pared. Y vio una comprensión lenta y terrible amanecer en su expresión.
No era sorpresa. Era el dolor de una traición confirmada. La verdad, o más bien, la mentira, explotó en la habitación con la fuerza de una bomba.
—Pero… Selene dijo… —empezó Platina, confundida. Se le quedó viendo sin entender.
—Selene mintió —dijo Florencio, y en su voz no había rabia. Había un vacío. Un desierto. La voz de un hombre cuyo corazón acababa de ser arrancado por segunda vez, pero esta vez, por la memoria de la misma persona que creía que lo había salvado, por la que estaba de luto.
Se dejó caer en el sillón, el vaso de brandy que sostenía temblando en su mano. La imagen de Selene volviendo de la cueva, su rostro serio, su voz firme. "Se