054. Mi Venganza en tu Cama
La palabra nadie quedó resonando en la sala, un eco de territorialidad animal. Selene sintió la declaración de Florencio no como una promesa de protección, sino como el chasquido de un nuevo tipo de grilletes, unos forjados no en hierro, sino en la intensidad de su obsesión. Él no la liberaba. Simplemente, reclamaba la exclusividad de su jaula.
Una risa seca, sin humor, brotó de sus labios.
—Así que ahora soy tuya, Lombardi. Tu problema. Tu guerra. Tu misterio —caminó lentamente a su alrededor, como una loba inspeccionando los límites de su nuevo cercado—. ¿Y qué se supone que haga la "propiedad del Gobernador"? ¿Quedarme acá sentada y bonita mientras vos resolvés el mundo?
—Te vas a quedar acá y te vas a curar. Completamente —replicó él, su voz sin dejar lugar a la discusión. Su mirada seguía fija en el lugar donde había estado la herida, como si pudiera ver a través de la tela—. No quiero más sorpresas. No más auto-cirugías. No más paseos por el bosque para charlar con tus ex. A p