CAPÍTULO 35: LA TRAMPA
Dmitry
Cuando llegamos al lugar secreto de la fiesta exclusiva, trato de apartar la imagen de Eden de mi cabeza.
La entrada es el tipo de lugar que oculta la podredumbre detrás del oro. Nos reciben como si fuéramos celebridades. Svetlana no suelta mi brazo, y yo no suelto la fachada. Ella es mi pareja, estamos enamorados y queremos pasar una noche especial. Qué cliché, la mentira perfecta.
Nuestros nombres están en la lista, por supuesto que lo están. Svetlana no deja nada al azar.
Adentro, la fiesta es una exhibición de risas artificiales, copas de champán, cuerpos disfrazados de deseo. Muebles tapizados en cuero, cortinas negras, gente besándose sin pudor, tocándose sin vergüenza. Algunos lo llaman hedonismo. Yo lo llamo debilidad, pero no estamos aquí para juzgar. Estamos aquí para destruir.
Svetlana localiza a Ivan en menos de diez minutos. Él está rodeado de idiotas: un séquito de aduladores con la mandíbula apretada y la ambición podrida. Ella lo mira y él