CAPÍTULO 34: VIGILANTE
Dmitry
La ciudad me resulta insoportablemente ruidosa esta noche. Todo está cargado de una tensión que no logro ubicar del todo. Quizás porque estoy metido en un traje que me aprieta el cuello y tengo que sonreír cuando lo único que quiero hacer es romperle los dientes a alguien.
O quizás es porque ella está con él.
Svetlana se sienta a mi lado en el asiento del copiloto, impecable como siempre. Vestido negro, tacones infinitos, labios rojos y esa sonrisa que no termina de decir si está a punto de seducirte o de matarte. La mujer perfecta para una misión como esta. La aliada más útil, la única persona en esta ciudad que sabe cuánto vale mantener la mentira, pero no dejo de mirar el reloj.
—¿Por qué estás tan tenso, Zakone? —me lanza con esa voz arrastrada que usa cuando quiere molestarme.
No respondo. Solo giro hacia la avenida contraria, directo hacia la sede del evento benéfico donde sé que Nikolai ha arrastrado a Eden. Porque, por supuesto, tenía que involucr