CAPÍTULO 18: CONSUELO
Eden
Dmitry me suelta. El calor de su cuerpo aún se aferra al mío como un fantasma, pero su expresión ya es la misma de siempre: fría, distante e impenetrable.
—Por hoy tienes el día libre.
Su voz no lleva simpatía, ni lástima, ni nada que pueda indicar que esto es un gesto de amabilidad. No me está dando el día libre porque le importe. No me está dando el día libre porque crea que lo necesito. Solo lo hace porque, de algún modo, esto también está bajo su control.
Me limpio las lágrimas con el dorso de la mano. No quiero que vea cuánto me ha afectado esto, cuánto me he quebrado frente a él. Aprieto la mandíbula y me obligo a salir de su oficina con la cabeza en alto, aunque mis piernas apenas me sostienen.
Apenas cruzo la puerta, me topo con Natasha.
Maldit4 sea.
Su sonrisa es burlona, la clase de sonrisa que me hace querer devolverle un golpe en la cara solo por existir. Me observa con satisfacción retorcida, como si mi miseria fuera un festín para ella.
—¿Qué p